Hoy madrugamos. He de hacer la comida porque
iremos de picnic. Visitaremos el valle del Vézère, que debe su nombre al río
Vézère que lo atraviesa, y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por
sus numerosos yacimientos prehistóricos. En esta zona nació el arte
prehistórico y cuenta con una
enorme concentración de yacimientos. En esta ocasión no podemos
detenernos en ninguna de sus cuevas porque viajamos con niños pequeños y la
logística se complica con un cochecito. No queremos tener
ningún desliz en la oscuridad de las cuevas y tampoco podríamos disfrutar
detenidamente de la belleza de las pinturas. En su lugar, pasaremos el día
descubriendo el valle y disfrutando de la naturaleza.
Prehisto Park

La primera parada es en Tursac,
donde entramos al Prehisto Park, un
parque que expone la vida del hombre de Neanderthal y de Cromagnon. Llegamos a
las 10, hora de apertura del parque, así que lo visitamos prácticamente solos y
a la fresca de la mañana. La espesura del bosque donde está no deja pasar
apenas la luz del sol. Encontramos varias figuras de hombres neardentales a
nuestro paso representando diferentes escenas de su vida cotidiana: tareas
domésticas, la caza del mamut, el transporte de los animales cazados, cómo
pintaban murales en las paredes; así como réplicas de sus cabañas. Muy
instructivo para los niños aunque lo mejoraría añadiendo algún espectáculo en
directo interpretado por actores para hacerlo más dinámico.
Seguimos hacia el norte,
siguiendo el río, hasta el pueblecito de Saint
Léon sur Vézère, clasificado como uno de los pueblos más bellos de Francia.
Aparcamos y paseamos por sus calles y por el margen del río. Encontramos varios
monumentos históricos como la iglesia románica de Saint Léon, del siglo XII,
que alberga los conciertos del Festival de Música del Perigord Noir en verano o
el castillo Clérans, del siglo XVI, con su jardín lleno de árboles centenarios.
La villa también tiene tres yacimientos prehistóricos, Sous le Roc, le Moustier
y La Rochette.
Roque de Saint-Christophe

Regresamos al coche para
dirigirnos al fuerte y ciudad troglodita de la Roque de Saint-Christophe, en Peyzac. Entro con Aitor porque el lugar no es accesible para la silla de las niñas. La visita dura unos 45
minutos pero sólo se puede ver parte de la ciudad. El conjunto prehistórico e
histórico de la Roque está constituido por 1 km de largo, 5 pisos y más de 100
abrigos y ha sido ocupado por el hombre al menos durante 25.000 años. Está
clasificada como patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO. El lugar es impresionante. Su ubicación, una ciudad encastrada en la montaña a una altura considerable, sus vistas del valle, así como la exposición de las máquinas que utilizaban para vivir su día a día. Muy recomendable para niños y adultos.
Lascaux II
Al terminar el recorrido, comida
de picnic y hacia Montignac para ver la cueva de Lascaux II (réplica exacta de
la cueva original cerrada al público desde 1963 debido a su deterioro). Lascaux
es el más famoso de los asentamientos prehistóricos y sus paredes están
cubiertas por manadas de alces, caballos, y bisontes rodeadas de flechas y
símbolos geométricos. Es conocida como la Capilla Sixtina de la Prehistoria y me
llama mucho la atención el visitarla. Pero de camino entre la Roque de Saint-Christophe
y Montignac salta una alarma en el coche y regresamos a Sarlat para comprobar
que todo está bien. Si tenemos tiempo volveremos otro día.
EXCURSIONES CON NIÑOS POR LA DORDOÑA
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