Quinto día de viaje en nuestra ruta en coche por Bretaña y Normandía. El día de hoy será intenso. Saldremos de nuestro alojamiento cercano a Vannes para hacer la excursión hasta el departamento de Finisterre. Exploraremos concretamente el distrito de Quimper. El objetivo es llegar al Pointe du Raz (Punta de Raz) así que, para que no se haga muy pesado el viaje, haremos algunas paradas por el camino. La primera de ellas en Quimperlé. La excusa era buscar una boulangerie para desayunar pero no sé si era muy temprano o si los domingos no abren ningún comercio pero no fuimos capaces de encontrar ninguna. Así que la recorrimos rápido.
Quimper
Seguimos hacia Quimper, la capital del departamento de Finisterre. Aquí también nos costó encontrar alguna panadería. Tuvimos la suerte de encontrar una macaronería justo delante de la Catedral, así que compramos unos croissants y unos capuccinos y desayunamos en un banco junto a la iglesia. Eran las nueve y media de la mañana.
Recorrimos el centro de la ciudad, muy tranquila a estas
horas, hicimos fotos de las fachadas de algunas de sus casas, decoradas con
entramado de madera y vivos colores, y regresamos al coche para continuar la
ruta hasta el destino del día: la Punta de Raz.
Punta de Raz
Durante la preparación del viaje había dudado mucho sobre
qué punta de Finisterre visitar. Hay varias pero finalmente me decidí por ésta.
La distancia desde Quimper eran 60 km, aproximadamente una hora en coche.
Apenas había tráfico y el paisaje es precioso. La carretera pasa por pequeños
pueblos con la misma arquitectura bretona.
Fouesnant y Concarneau
Volvemos al coche e iniciamos el regreso a Vannes. La
siguiente parada es Fouesnant, un destino vacacional francés similar a
la Costa Brava española. Había visto la costa salvaje de Quiberon y tenía
curiosidad por cómo eran las playas
bretonas. Son las cuatro de la tarde y hay marea baja, cosa que nos permite ver
las playas de arena blanca y fina. La
verdad es que había una gran cantidad de algas sobre la arena. Hace fresco pero
parece que aquí la gente es muy atrevida y se baña pese a que la temperatura
ambiente apenas ronda los 20ºC. Nosotros los limitamos a pasear por su paseo de
ronda y disfrutar de las vistas.
Ya estamos un poco cansados. Especialmente los niños. Sin
embargo falta la última parada del día: Concarneau. Bordeamos todo el
golfo que separa Fouesnant y Concarneau, aparcamos el coche en un aparcamiento
gratuito junto a la playa, y bordeamos toda la costa del pueblo hasta llegar a
le ville-close, hoy muy animado y lleno de turismo. El pueblo amurallado data
del siglo XV y es uno de los lugares más visitados de Bretaña. Se trata de un
islote de 350 metros de longitud por 100 de anchura y destaca su atalaya y el
cuadrante solar de entrada. La verdad es que somos muchos turistas los que nos
hemos acercado hasta aquí. Paseamos por su interior, por su muralla y
finalmente regresamos al coche dando otro agradable paseo.
Estamos muy cansados. Son las siete de la tarde y aún no
hemos cenado. Decidimos volver hasta Vannes donde, a pesar de la hora,
conseguimos cenar en una hamburguesería.
CONTINUAR RUTA POR BRETAÑA
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