Ruta de senderismo en Muttereralm y visita al Castillo de Ambras

Hoy nos apetece quedarnos cerca del apartamento y no hacer muchos kilómetros en coche. Por estar alojados en Innsbruck nuestra casera nos ha regalado una tarjeta con la que podemos acceder de manera gratuita a algunos teleféricos de la región, así como a otros medios de transporte y que nos ofrece descuento en actividades como piscinas municipales, museos, alquiler de bicicletas, etc.

Así que como todavía no hemos utilizado nuestra Welcome Card, la vamos a aprovechar para subir en teleférico a la montaña que tenemos junto al apartamento.

Llegamos a la estación en apenas 10 minutos caminando y nos subimos en el Muttereralmbahn. Este
telecabina es gratuito con la Welcome Card. Además, si tuviéramos ganas podemos alquilar unas bicis junto a la estación con un descuento en el precio.



Esta montaña cuenta con un circuito de BTT visible desde el telecabina. Cogemos el primer telecabina del día y llegamos a la estación de montaña. Junto a ella, nos reciben vacas pastando a sus anchas en medio del camino, saludando a los primeros visitantes. Pasamos junto a ellas y nos dirigimos a una zona de juegos infantiles de agua. Allí nos sentamos en una mesa de piedra a almorzar nuestros bocadillos y los niños aprovecharon para jugar. Seguimos un sendero que nos conduce a un pequeño pantano salvaje perdido en medio del bosque. Volvemos sobre nuestros pasos y ascendemos a la cima de la montaña, donde disfrutamos de unas vistas espectaculares de las montañas cercanas y de Innsbruck a nuestros pies. Durante nuestro paseo encontramos más vacas, familias con niños y algún ciclista.



Antes de bajar de nuevo a Mutters, nos paramos a comer en el restaurante que hay junto a la estación superior del teleférico Muttereralmbahn. Es un autoservicio. En el exterior hay mesas de madera y el cliente ha de entrar dentro, coger una bandeja y hacer el recorrido por varios expositores de comida tirolesa (frankfurts, ensalada, snitzel, patatas fritas…) y los empleados te van sirviendo lo que les pidas. Al final pasas por caja y buscas una mesa para sentarte a comer. Son las doce y está muy animado. Las mesas están prácticamente llenas pero tenemos suerte y conseguimos sentarnos en una con sombrilla.


Castillo de Ambras

Tras la comida, bajamos de nuevo al alojamiento, cogemos el coche y nos dirigimos a Innsbruck para visitar el Castillo Ambras. Algo de cultura en medio de tantas actividades en la naturaleza siempre va bien.

Compramos las entradas en la taquilla, dejamos las bolsas en consigna y entramos al castillo/museo.


El Palacio de Ambras, de estilo renacentista, fue construido en el siglo XVI en el lugar de un castillo anterior del siglo X y se convirtió en la sede del poder de los condes de Andechs. La importancia del castillo está muy relacionada con el archiduque Fernando II (1529-1595), ya que fue su residencia de 1563 a 1595. Hijo del emperador Fernando I, Fernando II fue uno de los coleccionistas de arte más destacados de la historia y fue el responsable de ordenar que la fortaleza medieval de Ambras se convirtiera en un castillo renacentista como regalo para su esposa Filipina Welser, instalando en él un museo donde exponer sus colecciones de armas y de pinturas.

Exceptuando un par de salas en su interior bastante peculiares como el salón español (Spanischer Saal), que contiene un intrincado techo con incrustaciones de madera y paredes adornadas con 27 retratos de cuerpo entero de los gobernantes del Tirol.

Tras la visita, cogemos el coche y buscamos una heladería. Encontramos una con muy buena valoración en Google y terminamos la tarde con un helado italiano en nuestras manos.


Para finalizar el día nos acercamos al Lidl de Innsbruck a comprar la cena y nos recogemos a nuestro apartamento para terminar el día contemplando un precioso atardecer en nuestro balcón.

 




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