Nuestro cuarto y último día en la región exploramos a localidad de Loches, también comprendida en el departamento de Indre y Loira, al sur de Tours. Un pequeño y apacible pueblo medieval de pintorescas casas, situada junto al río Indre, en el límite del bosque de Loches. Era sábado y en el casco antiguo de la villa era día de mercado. Decenas de puestos ambulantes de ropa, artículos artesanos y los más variados productos de alimentación mostraban su mercancía a vecinos y turistas que se acercasen.
Loches se llamaba, antiguamente Castrum Locae (Campo de pantanos), lo que explicaría su nombre (Locha significa pez). Está clasificada como Villa de Arte e Historia y está distinguida como “El más hermoso rincón de Francia”.
Arriba, en la zona alta de la población, se alza la más alta y más antigua Torre del homenaje de Europa (36 metros de altura) construida en el siglo XI por Foulques III Nerra, conde de Anjou. Más tarde, en el siglo XV, Luis XI transformó la fortaleza en cárcel real. En la ciudadela también encontramos la vivienda real, que domina todo el valle del Indre; la colegiata de Saint-Ours, mezcla de los estilos románico y gótico debido a su larga construcción (entre los siglos XI y XII) y la Casa Lansyer, antiguo domicilio del pintor Emmanuele Lansyer. Todo ello rodeado por una muralla. Tras pasar por la Puerta Real, que permite el acceso a la cité, encontramos una comitiva de soldados vestidos con armaduras acompañados de mujeres y hombres vestidos también de época. El grupo de actores se para ante nosotros y simulan que están arrestando a la plebe en su recorrido. Es entretenido y ameno ver como desfilan saltimbanquis, tamborileros, arlequines y personajes varios medievales.
Rodeamos el castillo de Loches y volvemos a bajar a la ciudad. Allí encontramos la Torre de San Antonio, antiguo campanario de una iglesia, sirve como atalaya de la ciudad. Con una altura de 52 metros, fue construida entre 1529 y 1575.
Este es el último castillo que visitamos en nuestro viaje. Regresamos con tranquilidad hacia Barcelona, haciendo noche en Carcassone. Han sido unas vacaciones breves pero muy aprovechadas. La zona del Valle del Loira, aunque nosotros en esta ocasión no pudimos recorrerla así, es un terreno ideal para visitar en bicicleta. Infinidad de senderos permiten al ciclista llegar a todos los castillos dando un agradable paseo disfrutando del paisaje.
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