Hoy es nuestro
último día en Roma. Lo principal ya lo hemos visitado así que aprovecharemos la
jornada para conocer nuevos barrios de la ciudad y disfrutar de sus jardines.
Lo primero que hacemos, como cada día, es comprobar que el coche
sigue aparcado en su sitio en perfecto estado. Una vez hecho esto
nos dirigimos al barrio del Trastevere, muy cerca de la iglesia de la
Bocca della Verità. Como siempre, caminando.
El
Trastevere, área “más allá del Tíber” es un barrio totalmente diferente a los
vistos hasta ahora. Sus calles empedradas están desiertas, los restaurantes a
estas horas de la mañana están vacíos, abundan los comercios de barrio y
encontramos muy pocos turistas por la zona. Parece un barrio tranquilo. Aquí
viven los romanos más humildes de la ciudad. Como en el resto de Roma, a
nuestro paso encontramos varias iglesias, pero nuestro objetivo es llegar a
Santa Maria in Trastevere. Probablemente esta basílica fue el primer lugar de
culto cristiano oficial de Roma y foco de devoción a la Virgen María. Según la
leyenda, el papa Calixto I la fundó cuando el cristianismo era todavía un culto
minoritario. La iglesia actual data casi por entero del siglo XII y es famosa
por sus mosaicos, especialmente los de Pietro Cavallini sobre la vida de la
Virgen.
El paseo en
tàndem dura una hora. Una vez transcurrido este tiempo lo devolvimos y bajamos
de nuevo la escalinata de regreso a la Plaza del Popolo. La tarde la pasamos
tranquila. Nos hubiera gustado visitar las catacumbas pero teníamos que salir
de la ciudad y finalmente nos quedamos sin verlas. La próxima vez será. Mañana
partimos temprano hacia Florencia. Nos espera una mañana de coche y tenemos que
estar descansados para estar atentos al volante. Adiós ciudad eterna,
volveremos.
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