Parque infantil con animales Freizeitpark Allensbach y ciudad de Konstanz


Hoy tampoco haremos una excursión muy larga pero sí estaremos todo el día fuera. Así que preparo la comida de las niñas y las meto en el termo.  El primer destino del día es Allensbach, concretamente el Wild und Freizeitpark Allensbach, un parque para los peques que combina un espacio dedicado a reserva animal donde poder dar un relajado y tranquilo paseo con los niños y una zona de ocio y atracciones infantiles donde la diversión está asegurada. Está en la orilla sur de la península de Konstanz, frente a la isla Reichenau.

Parque de animales Allensbach

El sitio es genial.  Durante el itinerario por su zoológico vemos ciervos, un búfalo, jabalíes, gallinas, cabras, y, no vemos pero también hay osos escondidos en el bosque. También hacen exhibiciones de vuelo de aves rapaces. Ya en la zona de ocio: toboganes gigantes, tirolinas, hinchables, atracciones mecánicas (pista de caballos, una pequeña noria) y un pequeño tren que da la vuelta al parque. Tras una primera ronda a las atracciones paramos en el buffet libre cubierto a comer y continuamos más tarde.
Tras salir del parque nos acercamos a la Isla Reichenau. Ya durante el trayecto nos fijamos que es una ruta muy concurrida por los ciclistas. Tienen un carril-bici en el lado derecho de la carretera y vemos decenas de ellos. A lo largo de todo el Bodensee hay infinidad de rutas para hacer cicloturismo. El paisaje es precioso y el tiempo acompaña. El terreno es llano y aquí en Alemania se utiliza mucho la bici como medio de transporte. Qué envidia me dan.

La Isla Reichenau está bañada por el Lago Untersee y su atracción turística reside en sus iglesias románicas y en los restos de un importante monasterio benedictino, fundado en 723 por santo Pirminius.  Fue una importante abadía en la época carolingia  y un centro de creación de extraordinarias obras de arte de la ilustración de libros.

La verdad es que nosotros recorrimos la isla en coche y no llegamos a bajarnos a ver ninguna de sus iglesias, básicamente por la falta de aparcamiento y de tiempo, ya que preferimos continuar la ruta hasta la ciudad de Konstanz y visitarla tranquilamente.

Konstanz

En Konstanz aparcamos en el parking de uno de los supermercados del centro y paseamos por su casco antiguo. Es una ciudad grande y muy bonita. Las calles del casco antiguo son amplias y una gran avenida (Marktstätte) nos conduce hasta el puerto, donde encontramos otra escultura. Es el monumento característico de la ciudad, nombrado Imperia. Alude al Concilio de Constanza. Peter Lenk proyectó esta estatua, levantada en 1993, que simboliza una exuberante dama de alta sociedad con los brazos extendidos portando en sus manos dos saltimbanquis desnudos cubiertos con los símbolos del poder terrenal y espiritual: la corona imperial y la tiara papal.

En los jardines del puerto están preparando el festival pirotécnico del lago, que se celebra cada año el segundo sábado del mes de agosto (Seenachtfest). Uno de los mayores espectáculos musicales de fuegos artificiales junto al lago de Europa. Espero que desde Uhldingen podamos ver los fuegos porque ese día visitar Konstanz debe ser una locura de gente. Seguimos la ruta por la avenida del Concilio (konzilstrasse) que nos conduce hasta la puerta norte de la ciudad (Rheintorturm), construida para defender el puente medieval hacia 1200 y la Pulverturm, torre construida en el primer tercio del siglo XIV. Callejeamos hasta la Catedral de Nuestra Señora (Münster), de estilo románico.  Pasamos junto al Ayuntamiento (Rathaus) y seguimos Hussenstrasse hasta la Schnetztor, puerta principal de la muralla antigua de la ciudad. Tomamos un helado, damos la merienda a los niños y regresamos al coche. Llegamos a Ulhdingen sobre las seis de la tarde, temprano para recogernos ya en casa,  así que continuamos hasta el pueblo de Immenstaad am Bodensee, también a orillas del lago Bodensee. Allí jugamos una partida de minigolf en un Minigolf Pirata, nos sentamos en un banco junto al lago y disfrutamos de la caída de la tarde mientras los niños jugaban con las piedras de la orilla. Lo mejor es que a estas horas ya no queda nadie paseando y estamos prácticamente solos.





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