Nuevo día y nueva excursión. Hoy a Suiza. No madrugaremos mucho para ir a las Cataratas del Rhin (Rheinfall), en Neuhausen, porque son sólo 64 kilómetros. Pasamos la frontera sin problemas y aparcamos delante de las taquillas del castillo.
Las Rheinfall son consideradas una de las más impresionantes vistas naturales del país. Un espectáculo impresionante de agua y espuma. Con un ancho de 150 metros y una altura de 23 metros, cae una media de 700 metros cúbicos de agua por segundo. No hay mucha gente así que podemos hacer todas las fotos que queremos de las espectaculares cascadas. Estamos en el Schloss Laufen, que cuenta con varias pasarelas y miradores están apenas a medio metro de distancia del frescor y el sonoro rugir del agua al precipitarse.
En medio de las cascadas se alza
una roca con la bandera suiza en lo alto. Desde el castillo de Wörth, que
antaño acogía el edificio de la aduana para los barcos que navegaban por el
Rin, salen varios transbordadores haciendo rutas alrededor de las cascadas y
una de ellas permite llevar a los turistas hasta el mismo pie de la roca y
subir hasta la cima para sentir el agua sobre la cara. Nosotros estamos en la
orilla opuesta al puerto desde donde salen estos transbordadores pero unas
escaleras que bajan desde el castillo permiten subir a otra barca que te cruza
de orilla. Yo me quedo con las niñas en el castillo porque aún son muy pequeñas
pero mi marido y mi hijo sí que se aventuran a acercarse a la gran roca.
Mientas esperamos la vuelta de
los hombres de la casa, damos un paseo por los alrededores de las taquillas.
Subo a las niñas a unas vacas-banco que decoran la entrada al castillo. Varias
rutas en bicicleta salen desde aquí y también hay un pequeño merendero. Cuando
regresan salimos del recinto, subimos al coche y nos dirigimos a Schaffhausen,
muy cerca de las Rheinfall.
Esta ciudad fue un lugar
estratégico desde la Baja Edad Media para los cargueros que navegaban por el
Rin, los cuales, amenazados por las cascadas y los rápidos que tenían que
salvar más adelante, se veían obligados a descargar en esta población.
Iniciamos nuestro paseo en Obertor,
Los edificios más destacados durante el recorrido: la Haus zum Ritter (Casa del
Caballero) del siglo XV, en cuya fachada se aprecian unas copias de los frescos
que el propietario, el caballero Hans von Waldkrich, encargó al artista Tobias
Stimmer de Schaffhausen.
En dirección sur desde
Vordergasse, en la Klosterstrasse, se alza la Catedral (Münster) restaurada.
Fundada en 1049, el edificio original fue consagrado en 1064 y la catedral
posterior, más grande que la que se conserva hoy en día, se erigió en 1103.
Forma parte del anterior monasterio benedictino de Allerheiligen (Todos los
Santos) y se considera una obra maestra de la arquitectura románica. Los monjes
abandonaron el monasterio hace ya siglos, durante la Reforma, y ahora alberga
el Museum zu Allerheiligen.
Seguimos el paseo hasta la Fortaleza
Munot (Schloss Munot) de entrada gratuita. Construida entre 1564 y 1589, esta fortaleza
circular acogía un bastión para defender Schaffhausen de las tropas alemanas y
es la única posesión de la Confederación en la margen derecha del Rin. Mide
unos 49 metros de diámetro y ofrece unas preciosas vistas panorámicas de la
ciudad desde sus almenas.
Regresamos al coche para volver a
Mühlhofen. Como hace un día estupendo de sol queremos aprovecharlo. Así que
subimos al apartamento, cogemos los bañadores y nos vamos a Aquastaad, en Immenstaad am Bodensee. Es un centro de ocio familiar que cuenta
con varias piscinas, exteriores e interiores, playas junto al lago, césped
donde tumbarse a tomar el sol. Pasamos una tarde muy divertida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario