Zurich y Park im Grüene


Nos levantamos pronto porque la excursión de hoy será a Suiza, concretamente a la ciudad de Zurich. Son 111 kilómetros pero como hemos de cruzar la frontera y no sabemos el tráfico que habrá, salimos a las ocho de la mañana. Por suerte, no hay colas en Schaffhausen y podemos entrar al país sin problema, llegando a Zurich sobre las nueve y media.

Dejamos el coche en el parking de la estación central de trenes (Hauptbahnof) y comenzamos la visita a la ciudad. Ésta es la última gran ciudad suiza que nos quedaba por visitar después de Berna, Lucerna y Basilea. El centro económico del país. Los grandes bancos se concentran aquí y la fortuna de medio mundo también.

Empezamos la ruta ante el Schweizerisches Landesmuseum (Museo Nacional Suizo) que externamente parece un castillo. Data de 1893 y su interior contiene un gran fresco de Ferdinard Hodler con una representación de la derrota del ejército suizo en 1515 ante los franceses en Marignano, que provocó una protesta de ámbito nacional y le dio reconocimiento internacional.  Sus más de cien salas, comprende una colección de arte moderno, descubrimientos arqueológicos, reliquias romanas, piezas culturales de la Edad Media, escudos heráldicos y una serie de habitaciones decoradas con los estilos de los siglos XV al XVIII.


Paseamos a lo largo de la avenida principal, el centro financiero de la ciudad, la Bahnhofstrasse. En ella encontramos decenas de bancos, tiendas exclusivas de grandes firmas de bolsos, ropa, joyerías y relojerías exclusivas,, la sede de los principales bancos de Zürich (UBS, Bank Julius Bär, Crédit Suisse Bank…),  grandes almacenes (Globus, Jelmoni),  la chocolatería Läderach o  la famosa juguetería Franz Carl Weber, a la que, por supuesto entramos a curiosear con los niños. La avenida termina en Bürkliplatz, junto al lago de Zurich. Nos asomamos a su mirador.

Desde allí, vemos un restaurante-bufet con una gran terraza al aire libre ideal para comer (Bauschänzli). y proseguimos el paseo por el lateral de Limmat, encontrando a nuestro paso la iglesia Fraumünster, antiguo convento de estilo gótico. Cruzamos el Münsterbrücke y nos acercamos a la Catedral románico-gótica (Grossmünster), con sus torres gemelas recortadas tras un incendio sufrido en el siglo XVIII. Seguimos hacia el ayuntamiento (rathaus) y volvemos a cruzar el canal para dirigirnos a Lindenhof, una pequeña colina en el margen izquierdo, desde donde se tienen vistas panorámicas de la ciudad.


Volvemos a recoger el coche y pasaremos la tarde en un parque para que los niños disfruten. No todo han de ser ciudades. Es el Park im Grüene, en Rüschlikon, a unos 10 kilómetros al este de Zurich, por la orilla sur del lago. Es gratuito. Los niños se lo pasan genial. Es un parque grande, con zona de juegos infantil, grandes explanadas de césped donde tumbarse a tomar el sol, un pequeño tren, una fuente de agua donde los niños se pueden refrescar en verano,  y también ofrecen teatro de marionetas, paseos en burro o un chikipark en la entrada de parque. El parque también tiene un mirador con unas preciosas vistas del lago de Zurich y su entorno. Pasamos una tarde muy agradable y ya dimos por zanjado el día.

Regresamos al coche y de vuelta hacia Alemania. Esta vez con tráfico. Es viernes y la ronda de Zurich está colapsada. Centenares de zurichenses abandonan la ciudad el fin de semana. Pensábamos parar en Winterthur pero se hace tarde y volvemos directamente al apartamento.







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