Nos levantamos pronto. Esta noche
ha habido tormenta y todavía está el suelo mojado y el día tapado. Así que
cogemos los chubasqueros por si acaso y subimos al coche de nuevo. Hoy vamos a Bregenz, una ciudad bañada también por el lago Constanza pero que ya pertenece a Austria. Capital del estado de Vorarlberg desde 1923, está estratégicamente situada en la orilla oriental del Bodensee, al borde del valle del Rin y al pie de los Alpes suizos y austríacos.
La excursión es un poco más larga. No tanto por kilómetros (son 57 km) sino por el tráfico que tiene la carretera en esa dirección. Es una carretera secundaria de un único carril por sentido y, al atravesar algunos pueblos, se crean retenciones. Suerte que el paisaje es bonito, lleno de viñedos a ambos lados y con vistas del lago en algunos tramos de carretera.
La excursión es un poco más larga. No tanto por kilómetros (son 57 km) sino por el tráfico que tiene la carretera en esa dirección. Es una carretera secundaria de un único carril por sentido y, al atravesar algunos pueblos, se crean retenciones. Suerte que el paisaje es bonito, lleno de viñedos a ambos lados y con vistas del lago en algunos tramos de carretera.
Llegamos temprano, sobre las
nueve y media de la mañana. Hora perfecta porque no queremos encontrar colas
para subir al Pfänder, un teleférico
que sube hasta la cima del monte Pfänder desde el que se tienen unas estupendas
vistas sobre el lago. Infinidad de senderistas y ciclistas cogen este
transporte porque desde la estación de montaña salen diferentes rutas de
montaña bien señalizadas.
Nosotros no vamos a hacer ninguna ruta pero sí damos un agradable paseo por un camino asfaltado que rodea un zoo de animales (vacas, marmotas, ciervos, cabras montesas, jabalíes, conejos). También hay una exhibición de cetrería y un parque con columpios donde los niños pueden jugar. A estas horas hace fresco aunque hemos tenido suerte y el día está totalmente despejado así que desde el mirador divisamos unas vistas preciosas de todo el Bodensee Podemos ver tanto la orilla alemana como la suiza y hasta apreciamos los Alpes suizos. Los ferrys navegando de una orilla a otra y, en el puerto de Bregenz también vemos un gran escenario elevado sobre el nivel del agua. Parece que estos días se celebra en la ciudad el Festival del Lago. Se celebra cada año desde 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial. El escenario tiene capacidad para 7000 espectadores y es muy famoso.
Nosotros no vamos a hacer ninguna ruta pero sí damos un agradable paseo por un camino asfaltado que rodea un zoo de animales (vacas, marmotas, ciervos, cabras montesas, jabalíes, conejos). También hay una exhibición de cetrería y un parque con columpios donde los niños pueden jugar. A estas horas hace fresco aunque hemos tenido suerte y el día está totalmente despejado así que desde el mirador divisamos unas vistas preciosas de todo el Bodensee Podemos ver tanto la orilla alemana como la suiza y hasta apreciamos los Alpes suizos. Los ferrys navegando de una orilla a otra y, en el puerto de Bregenz también vemos un gran escenario elevado sobre el nivel del agua. Parece que estos días se celebra en la ciudad el Festival del Lago. Se celebra cada año desde 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial. El escenario tiene capacidad para 7000 espectadores y es muy famoso.
Volvemos a coger el funicular de
bajada y en la estación inferior ya hay bastante cola para comprar entradas.
Qué suerte haber madrugado. Ahora nos acercamos a la zona del puerto desde el
que salen transbordadores hacia poblaciones como Lindau, Mainau y
Friedrichshafen, y junto al que está el Festspielgelände, un complejo de
edificios creado especialmente par el festival artístico que se celebra estos
días.
El Festival de Bregenz se celebra
todos los años entre finales de julio y finales de agosto desde 1946. El
programa de festejos incluye representaciones de teatro y ópera, ballet,
conciertos sinfónicos y exposiciones de arte. Su escenario más espectacular es
el Seebühne, una plataforma que flota sobre las aguas del lago y que tiene
capacidad para 7000 espectadores. En él se presentó Bastian y Bastiennne la
obra de la juventud de Mozart y su obra musical Kleine Nachtmusik coreografiada
como ballet.
Damos un paseo junto al muelle y buscamos restaurante para comer, una pizzería cerca del Ayuntamiento, en la Oberstadt. Tras
reponer fuerzas, subimos por la Kirchstrasse hasta la Stadtpfarrkirche Sankt
Gallus (Iglesia parroquial de San Galo), consagrada en 1318 y reformada en 1738
en estilo barroco.
Ya de regreso hacia Mühlhofen paramos
en la ciudad de Lindau. Construida en la mayor parte sobre una isla en el lago y
unida a tierra firme por dos puentes, es una encantadora ciudad medieval. Aparcamos
en uno de los grandes parkings que hay a las afueras de la ciudad vieja y
seguimos a pie. Hay que cruzar un puente (Chelles-Allee) hasta llegar porque la
zona turística está en una isla dentro del lago. Pasamos junto a un gran parque
ajardinado (se llama Oscar-Groll-Anlagen) y entramos bajo el arco de una de las
entradas a la ciudad. Paseamos por sus calles empedradas y llegamos a Maximilianstrasse,
la calle principal, lleno de terrazas y flanqueada por edificios de los siglos
XVI y XVII. Pasamos junto al antiguo Ayuntamiento (Altes Rathaus), de estilo
gótico, construido entre 1422 y 1436 y reformado en varias ocasiones durante
los siglos posteriores, llaman la atención su hermosa fachada, de Joseph Widmann,
pintada con unos frescos que representan la historia de la ciudad. El monumento característico de la
ciudad es su entrada del puerto, con la estatua de piedra del león de Baviera y el faro al
otro lado (Hohentwiel).
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