Como ya es tradición, cuando nuestro destino de vacaciones está a más de 1000 km hacemos una parada de descanso y nos quedamos a dormir a medio camino. Esta vez, volvemos a elegir Annecy por ser una ciudad preciosa rodeada de un paisaje espectacular. Nos levantamos muy temprano, sobre las tres y media de la mañana para poder salir de casa a las cuatro de la madrugada, con todos los niños dormidos. Siempre intentamos salir sobre esta hora para evitar atascos en la frontera francesa y para que los niños viajen durmiendo el máximo tiempo posible ya que, una vez se despiertan, no paran de preguntar cuánto falta para llegar.
Sobre las nueve de la mañana paramos a desayunar y estirar las piernas cerca de Montpellier. Tomamos un café rápido y unas galletas que llevamos en la maleta y les preparamos la primera película del viaje a los niños para que vayan distraídos y tras varias sesiones ininterrumpidas llegamos a la hora de comer a Annecy.
Buscamos el hotel, nos registramos, y nos acercamos al lago para comer nuestros bocadillos a la orilla del lago. Hoy es domingo y, anoche fue la Fiesta del Lago. Un espectáculo de fuegos artificiales en el lago para el que construyen unas gradas de aluminio en un inmenso parque junto al lago. Se celebra el primer sábado del mes de agosto y es un gran reclamo turístico. Hoy domingo, los operarios están recogiendo toda la estructura de hierro y el pueblo está muy animado. Muchísimos turistas pasean junto al lago y recorren la ciudad, haciéndole perder, en mi opinión, parte de su encanto.
En nuestro caso, ya es la tercera vez que la visitamos así que no nos quedamos todo el día en Annecy. Preferimos hacer turismo por sus alrededores y acercarnos en coche hasta las Gorges du Fier, un cañón situado a tan solo 10 km de Annecy, que nos ofrece, además, un poco de sombra este día tan caluroso.
Tenemos la suerte que estas grutas se encuentran muy cerca de nuestro hotel y llegamos enseguida. Sobre las cinco de la tarde el aparcamiento estaba totalmente lleno. Tuvimos mucha suerte y conseguimos aparcar muy cerca de la entrada. Muchas familias se marchaban ya pero otras muchas llegábamos en ese momento. Al estar tan cerca de Annecy somos muchos los turistas que venimos a visitarlas. Tras una cola de veinte minutos conseguimos comprar las entradas e iniciar la ruta. El recorrido transcurre por una pasarela metálica anclada a la roca a unos 25 metros sobre el nivel del río Fier, uno de los ríos más importantes dela región de Alta Saboya-Montblanc. Hemos de tener cuidado con los niños y llevarlos cogidos de la mano. A estas horas el camino está concurrido y hemos de ir parando a menudo para dejar pasar a los visitantes que regresan. Tras ir parando en los lugares marcados como los más interesantes del desfiladero para hacer fotos, como en unas rocas que parecen dos caras mirándose frente a frente, o los niveles máximos que se han alzandado en la roca en época de inundación, en una media hora llegamos al final de la garganta, a una zona salpicada de paneles informativos donde explica la localización geográfica del cañón de Fier, de sus características geológicas y de sus principales atractivos. Y el tramo final es la Mer des Rochers un mirador con una vistas del paisaje preciosas.
Ya de regreso, podemos hacer fotografías con más tranquilidad y menos gente. Apreciando algunas formas en las rocas que nos habían pasado por alto en el recorrido de ida.
Serían sobre las seis y media de la tarde cuando regresábamos al coche dando por concluida la excursión. Regresamos al hotel, nos duchamos y bajamos a cenar al restaurante de su planta baja. La verdad que ha sido todo un acierto alojarnos aquí. Es un hotel nuevo, muy limpio, a las afueras de Annecy y muy próximo a la autopista para continuar mañana el viaje.
Serían sobre las seis y media de la tarde cuando regresábamos al coche dando por concluida la excursión. Regresamos al hotel, nos duchamos y bajamos a cenar al restaurante de su planta baja. La verdad que ha sido todo un acierto alojarnos aquí. Es un hotel nuevo, muy limpio, a las afueras de Annecy y muy próximo a la autopista para continuar mañana el viaje.
Estamos cansados. Hemos madrugado mucho y nos acostamos temprano. Mañana hemos de madrugar de nuevo. No tanto como hoy pero tenemos por delante 550 km hasta nuestro destino, Bad Wörishofen, en Baviera, y hemos de atravesar toda Suiza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario