Colonia y Lindenthal Park


Hoy toca excursión a Köln, una ciudad genial para pasar un día en familia con los peques. Madrugamos y llegamos a la capital más antigua de Alemania. Lo primero que visitamos es su Catedral, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 por su valor espiritual y cultural. De estilo gótico, es un importante lugar de peregrinación por albergar las reliquias de los Reyes Magos. Se inició su construcción en 1248 pero no se terminó hasta 1880, según los planos originales de la Edad Media.



Subimos una de sus dos torres, de 157 metros de altura. Toda una hazaña para los niños. Tras una infinidad de escalones por una escalera de caracol interminable y varias paradas por el camino para tomar aire y descansar, alcanzamos el mirador de la torre, que ofrece unas vistas increíbles de Colonia y del Rhin. Los niños disfrutaron mucho de la aventura.  Vieron la ciudad desde las alturas y a las personas pequeñitas a sus pies. Luego tocó bajar, claro, y visitar el interior. Una visita rápida, pues con los niños no te puedes detener todo lo que te gustaría en cada detalle y estaba muy concurrida de turistas.

Salimos y paseamos por una de las calles peatonales del casco antiguo, Hohe Strasse, en la cual, para sorpresa de mi hijo mayor, encontramos una tienda Lego. Emocionado y dando saltos de alegría entramos y enseguida cogió sitio ante una mesa repleta de piezas de construcciones. Para mis hijos, el paraíso. Estuvimos allí un rato pero los niños tenían hambre así que fuimos directos a la plaza Heumarkt a La Tagliatella. Comimos unas pizzas y seguimos el paseo. Nos detuvimos junto a la estatua ecuestre del rey prusiano Federico Guillermo III, en Heumarkt y callejeamos. Hacía un día espléndido y había mucha gente por todas partes. Pasamos junto a la gran basílica de San Martín (consagrada en 1172) y ante las pintorescas casas de colores que dan al paseo junto al Rhin. 

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Llegamos al puente Hohenzollen dónde lo más llamativo son los miles de candados de colores que adornan su estructura  de orilla a orilla. Las parejas los cuelgan como muestra de amor eterno y lanzan la llave al Rhin. Qué romántico. Los niños empiezan a tocar y mirar los corazones pintados en los candados y se entretienen hasta llegar a la otra orilla para hacer la fotografía panorámica de la ciudad, con la Catedral de fondo.



Hace mucho calor y decidimos volver sobre nuestros pasos hacia la Catedral. Desde allí al parking a coger el coche. Los adultos hemos tenido nuestra parte del día cultural. Ahora les toca a los niños. Así que nos dirigimos al oeste de Colonia, a la ciudad de Lindenthal, donde encontramos un parque público perfecto para los niños. Es el Tierpark de Lindenthal, en el bosque Stadtwald. Una parte del parque está vallada para delimitar un zoo infantil, donde el visitante puede acceder al recinto por una puerta que no tiene ningún tipo de vigilancia y lo que más nos sorprendió fue que era gratuito. Los niños lo pasaron genial dando de comer a damas, cabras enanas, ovejas, burros, patos, ocas, gallinas… Lo pasamos genial.


El bosque Stadtwald es enorme. Un auténtico pulmón de oxígeno en la ciudad.  Ideal para correr, ir en bici o simplemente pasear a pie y relajarse. Es frondoso y con multitud de caminos que se bifurcan continuamente. Destaca lo limpio y bien cuidado que está. Con parques infantiles, mesas de picnic, estanques artificiales, zonas verdes de césped donde descansar y merendar en familia o con los amigos… Me da mucha envidia sana.

Ha sido un gran día. Con los niños cansados, regresamos al apartamento para recargar energías y disfrutar del jardín. Mañana más. 

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