Augsburg y parque de animales de Landsberg

Hoy nos despertamos descansados y llenos de energía. El primer objetivo del día es la ciudad universitaria de Augsburg, situada a una media hora del apartamento. Llegamos sobre las nueve de la mañana. Aparcamos y paseamos por el centro de la ciudad.

Las calles están desiertas. Es una buena hora para recorrer sus calles y hacer fotografías. Paramos en una panadería a comprar unos bretzels y nos los vamos comiendo por el camino. La oficina de turismo, situada en la plaza del Ayuntamiento, todavía está cerrada (abre a las diez) así que damos una vuelta para hacer tiempo y volvemos en cuanto abre para pedir un plano de la ciudad.

Nos acercamos al monumento a Hans Jakob Fugger -Denkmal, fotografiamos la fachada de la Weberhaus 

Seguimos por la avenida principal Karolinenstrasse hasta llegar a la casa natal de Leopold Mozart (Mozarthaus), padre de Wolfgang Amadeus. Una casa artesanal barroca que alberga una exposición permanente sobre la vida de los Mozart y su familia de Augsburgo, pero no podemos entrar porque está en obras. Sí entramos en su catedral, de estilo romanicogótico,  y dedicada a Santa María. Los niños se están aburriendo y todavía es temprano así que abandonamos la ciudad para hacer la actividad que ayer el tiempo nos impidió y que estamos seguros que les encantará.

En vacaciones siempre intentamos que los niños tengan un contacto directo con los animales. En los zoos de ciudad no siempre se puede tener acceso directo a ellos y en Alemania sí hemos encontrado parques o bosques donde sí puedes tocarlos sin verjas de separación. Este es el caso del bosque que visitamos hoy.

Nos dirigimos a la reserva de fauna salvaje de Lechpark Pössinger Au en el pueblo de Landsberg am Lech. Aparcamos y seguimos la señalización. El paseo junto al río es muy agradable. Vemos muchas familias con carrito y con niños pequeños de la mano. Llega un momento del paseo que encontramos una puerta y una pasarela en el suelo con grandes agujeros para evitar que los animales puedan salir del recinto vallado. Tenemos curiosidad y los niños están expectantes porque no saben qué animales verán. El sendero continua y se bifurca en diversos caminos. Puedes elegir dar el paseo como quieras.

Nosotros elegimos un estrecho sendero solitario por el que no pasaba nadie. El resto de familias seguían el camino principal. Pensábamos que quizás así tendríamos más suerte. Y la tuvimos. Los niños estaban emocionados y asustados. En un momento vimos un ciervo con su pequeño que se nos acercaron y al momento nos vimos rodeados en medio del sendero por cinco gamos más que se nos acercaban con curiosidad. Supongo que pensarían que les daríamos comida. Eran preciosos. Uno de ellos tenía los ojos claros. Pudimos tocarlos pero enseguida se adentraron en el bosque y desaparecieron. La excursión ya había merecido la pena y los niños encantados.

Seguimos el recorrido y vimos de lejos otros cervatillos pero desconfiaban y no se atrevían a acercarse. Pasamos junto a un recinto cerrado de jabalíes. Estos sí tenían su propio cercado y no los podías tocar. Demasiado peligroso. Los niños se quedaban junto a la verja y los veían pasear de un lado hacia otro.

Tras terminar el recorrido volvimos de nuevo al pueblo. Era la hora de comer y buscamos una biergarten donde comer unos bratwurst tranquilamente. El día era espectacular. Soleado y caluroso. Muy diferente al día anterior. Coincidió que eran fiestas y tenían instalada una tarima para conciertos junto al río y los restaurantes y bares de su alrededor estaban abarrotados. Fue difícil encontrar una mesa pero no imposible. Finalmente encontramos unas mesas de madera con vistas al río y a la pequeña playa donde los más valientes se estaban dando un baño y pedimos unas salchichas y un refresco. Menú ideal para los niños y, como postre, un helado en la plaza principal del pueblo.

Es nuestro último día en Baviera y todavía hemos de recoger un poco el apartamento y hacer las maletas. Mañana saldremos muy temprano (sobre las seis de la mañana) para trasladarnos a Austria, pero de camino haremos la última excursión por la región bávara.

Siguiente parada:  Lago Königssee y Obersalzberg