Este verano nos vamos de vacaciones
al oeste de Alemania. Concretamente al länder de Renania-Westfalia. Esta vez nos
alojaremos en dos apartamentos diferentes para no hacer excursiones muy largas
y poder disfrutar el día a tope. Nuestras vacaciones siempre son muy activas.
No solemos parar mucho a descansar en el apartamento ni relajarnos con largas
siestas. Tenemos niños pequeños y ellos nunca paran quietos y a nosotros (los
papas) también nos gusta viajar y explorar lo que tenemos alrededor de nuestro
destino de vacaciones.
Salimos de Barcelona temprano.
Como siempre que hacemos estos viajes en coche tan largos con los niños. Hora
de salida, las cuatro de la madrugada.
Ellos van dormidos y podemos avanzar kilómetros a buen ritmo sin pararnos
hasta las nueve que se despiertan en Valence. Perfecto. Desayunamos y seguimos.
Los niños se portan genial. Ven una película y paramos a comer. Estamos a punto
de llegar a Nancy, nuestro destino por hoy. Dormimos en un hotel en el centro,
paseamos por su gran parque y cenamos en el McDonalds, muy cercano al hotel.
Los niños contentísimos.
Al día siguiente nos levantamos y
seguimos la ruta hacia Luxemburgo. Aquí nos detenemos a pasar la mañana, hacer
turismo por la ciudad y comer. De camino me hubiera gustado parar en el parque
Miraveaux para que los niños disfrutaran de los animales pero decidimos ir
directamente a la ciudad y visitarla.
Así que desde allí nos dirigimos
a las otras casamatas de la ciudad:
las Casamatas del Bock. A los niños les encantó correr por sus
túneles y subir y bajar las oscuras escaleras de caracol que hay en el interior
de la muralla. Construidas en 1644, las casamatas son un inmenso sistema
subterráneo de defensa militar que se extiende varios pisos y consta de una red
de galerías excavadas hasta 40 metros de profundidad. Durante las dos guerras
mundiales sirvieron de refugio y, junto a las casamatas de Bock, podían
proteger a 35.000 personas en caso de alerta o de bombardeo. Desde 1933, las
dos casamatas están abiertas al público y en 1994, la UNESCO las incluyó en la
lista de Patrimonio Mundial.
Antes de abandonar Luxemburgo
entramos en su catedral, la Catedral de Notre Dame, construida en el siglo XVII
y considerada como el corazón de la ciudad.
Volvimos a coger la autopista, paramos a comprar en un supermercado para tener provisiones para la cena y sobre las cinco y media llegamos a Lutzerath. La propietaria del apartamento nos había avisado que dejaba las
llaves dentro de un cuenco en la mesa del jardín. Así que las cogimos y
entramos en el que sería nuestro hogar durante los próximos cinco días.
El apartamento nos había gustado
mucho por Internet y era perfecto para una familia numerosa como la nuestra. Un
amplio comedor, dos habitaciones grandes, una de matrimonio y la otra con tres
camas para los niños, dos cuartos de baño y un jardín para que los niños
jugaran. Todo limpio y en perfecto estado. Hasta nos habían dejado un baúl lleno de juguetes para los peques. Así que descargamos equipaje, vacíamos las maletas y nos instalamos. Spaguettis para cenar y a dormir temprano. Mañana toca excursión para explorar la zona.
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