Luxemburgo


Este verano nos vamos de vacaciones al oeste de Alemania. Concretamente al länder de Renania-Westfalia. Esta vez nos alojaremos en dos apartamentos diferentes para no hacer excursiones muy largas y poder disfrutar el día a tope. Nuestras vacaciones siempre son muy activas. No solemos parar mucho a descansar en el apartamento ni relajarnos con largas siestas. Tenemos niños pequeños y ellos nunca paran quietos y a nosotros (los papas) también nos gusta viajar y explorar lo que tenemos alrededor de nuestro destino de vacaciones.

Salimos de Barcelona temprano. Como siempre que hacemos estos viajes en coche tan largos con los niños. Hora de salida, las cuatro de la madrugada.  Ellos van dormidos y podemos avanzar kilómetros a buen ritmo sin pararnos hasta las nueve que se despiertan en Valence. Perfecto. Desayunamos y seguimos. Los niños se portan genial. Ven una película y paramos a comer. Estamos a punto de llegar a Nancy, nuestro destino por hoy. Dormimos en un hotel en el centro, paseamos por su gran parque y cenamos en el McDonalds, muy cercano al hotel. Los niños contentísimos.

Al día siguiente nos levantamos y seguimos la ruta hacia Luxemburgo. Aquí nos detenemos a pasar la mañana, hacer turismo por la ciudad y comer. De camino me hubiera gustado parar en el parque Miraveaux para que los niños disfrutaran de los animales pero decidimos ir directamente a la ciudad y visitarla.

Luxemburgo es una capital pequeña pero encantadora. Enclavada entre montañas es una ciudad tranquila y llena de zonas verdes. Dejamos el coche en un parking en pleno centro, junto a un parque infantil increíble para los niños. El Parc Monterey, entre la Avenida Monterey y el Boulevad Prince Henri. Un gran barco pirata es el protagonista y a su alrededor encontramos toboganes, columpios, una zona de agua para que los niños se remojen los pies. Aquí dejamos que los niños jueguen un rato y desayunen un zumo con galletas que traemos de casa. Es temprano. Apenas las nueve de la mañana, y todavía no hay niños en el parque, así que tienen el parque para ellos solos. Corren, saltan, suben al barco, escalan hasta el mastil del vigía, vuelven a bajar… están emocionados. No tenemos parques así cerca de casa.

Cuando los conseguimos reunir a los tres, salimos del parque y en pocos metros llegamos al valle de la Pétrusse, un parque enorme. Ideal para pasear alejados del tráfico superior. Pasamos bajo el viaducto de la ciudad y buscamos las Casamatas de la Pétrusse, situadas junta a la plaza de la Constitución, pero tenemos mala suerte y estan cerradas.

Así que desde allí nos dirigimos a las otras casamatas de la ciudad:  las Casamatas del Bock.  A los niños les encantó correr por sus túneles y subir y bajar las oscuras escaleras de caracol que hay en el interior de la muralla. Construidas en 1644, las casamatas son un inmenso sistema subterráneo de defensa militar que se extiende varios pisos y consta de una red de galerías excavadas hasta 40 metros de profundidad. Durante las dos guerras mundiales sirvieron de refugio y, junto a las casamatas de Bock, podían proteger a 35.000 personas en caso de alerta o de bombardeo. Desde 1933, las dos casamatas están abiertas al público y en 1994, la UNESCO las incluyó en la lista de Patrimonio Mundial.

Antes de abandonar Luxemburgo entramos en su catedral, la Catedral de Notre Dame, construida en el siglo XVII y considerada como el corazón de la ciudad.

Volvimos a coger la autopista, paramos a comprar en un supermercado para tener provisiones para la cena y sobre las cinco y media llegamos a Lutzerath. La propietaria del apartamento nos había avisado que dejaba las llaves dentro de un cuenco en la mesa del jardín. Así que las cogimos y entramos en el que sería nuestro hogar durante los próximos cinco días.

El apartamento nos había gustado mucho por Internet y era perfecto para una familia numerosa como la nuestra. Un amplio comedor, dos habitaciones grandes, una de matrimonio y la otra con tres camas para los niños, dos cuartos de baño y un jardín para que los niños jugaran. Todo limpio y en perfecto estado. Hasta nos habían dejado un baúl lleno de juguetes para los peques. Así que descargamos equipaje, vacíamos las maletas y nos instalamos.  Spaguettis para cenar y a dormir temprano. Mañana toca excursión para explorar la zona.

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